Numerosos estudios demuestran cómo, trabajar en los espacios educativos desde la educación emocional, mejora el rendimiento escolar, contribuye a reducir el estrés, aumenta la motivación y el foco y genera que los alumnos se impliquen mejor y con más entusiasmo en las clases.
Además, la puesta en práctica de la educación emocional no tan sólo enriquece al alumnado sino también a los docentes, comunidad educativa en general y comunidad de padres, en cuanto a su crecimiento personal y profesional. Genera una interacción entre todos los actores escolares que potencia la comunicación y la empatía entre ellos, favoreciendo el diálogo y el respeto y contribuyendo a un buen clima escolar.
La Educación Emocional es una educación desde dentro, que pone énfasis especial en la emoción detrás de los procesos educativos: lo que nos pasa por dentro y condiciona nuestro comportamiento.
Herramientas que ofrecemos: